El impacto de los ataques de denegación de servicio en IoT

Una denegación de servicio (DoS o DDoS) es cuando un servicio que usualmente está en línea deja de estar disponible. Puede haber muchas razones para la falta de disponibilidad, pero por lo general, se refiere a que la infraestructura no puede hacer frente a la sobrecarga de capacidad.
Los ataques de denegación de servicio que mencionamos en este artículo, se llaman ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS). Esto se suele realizar a través de una red de bots, donde se programan muchos dispositivos para solicitar el mismo servicio al mismo tiempo.
En comparación a la piratería, ataques como phishing, DoS no suele tratar de robar información o llevar a un fallo de seguridad, pero la pérdida de la reputación de la empresa afectada, puede costar una gran cantidad de tiempo y dinero. A menudo, los clientes también deciden cambiar a un proveedor alternativo, ya que temen a los problemas de seguridad en un futuro, o simplemente no pueden permitirse el lujo de tener un servicio no disponible.

¿Cómo los ataques de Denegación de Servicio afectaran a loT?

El Internet de las Cosas (IoT) ofrece una amplia variedad de dispositivos inteligentes conectados, los cuales se enfrentan a la dificultad de asegurar la privacidad en la red. Existen toda clase de dispositivos para conectarse a internet, los cuales son tan diferentes dependiendo de su naturaleza.
Un ataque DDoS significa que se administra el mismo objetivo desde diferentes fuentes, es por este motivo que el Internet de las cosas es un campo atractivo para los hackers, como una tienda de juguetes es para los niños: millones de dispositivos, todos a menudo sin protección y sin control durante largos períodos de tiempo. La escala en la que estos ataques son concretados está aumentando enormemente con el avance de la Internet de las Cosas.
Por lo tanto, no es una gran sorpresa que los investigadores de Akamai indiquen que el 21% de los casos de ataques DDoS están enfocados en loT y pronostican un considerable aumento en los próximos años.
Los últimos ataques DDoS se limitaron a computadoras y máquinas conectados a Internet, por lo general con un nivel razonable de protección. El Internet de las Cosas se abre a una gran variedad de dispositivos y a ataques potenciales desde impresoras, cámaras, utensilios de cocina, termostatos, sensores y routers, por nombrar algunos. Actualmente, no sólo hay una gran cantidad de estos dispositivos, pero generalmente vienen con una protección de seguridad muy limitada, o ninguna en absoluto. Es muy fácil de explotar esas debilidades y lanzar ataques a gran escala sin el conocimiento del propietario.
Sin embargo, no sólo dispositivos conectados pueden ser utilizados para estos ataques, sino que también pueden convertirse en blanco de dichos ataques. Mientras un simple refrigerador conectado que deja de funcionar por un tiempo podría ocasionar ciertas incomodidades al propietario, qué sucedería con dispositivos que tienen gran impacto en la vida de muchas personas, así como por ejemplo: válvulas de control en las plantas de energía, sensores utilizados en las observaciones meteorológicas, cerraduras en prisiones o simplemente los semáforos en las llamadas “smart-ciudades”.


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